EL ÚLTIMO HIPPIE
Greg era un chico de Nueva York, concretamente de Queens, este, nació en los años cincuenta y desde pequeño ya se le había destinado una carrera como a su padre, pero a medida que fue haciéndose mayor fue odiando la vida de sus padres y de la gente adulta de su alrededor, convirtiéndose en un adolescente rebelde y anarquista pero con la necesidad de tener un ideal que le guiara. Se convirtió en un hippie al que le enamoró la música rock, que dejó la universidad por los enfrentamientos con su familia y por la idea de drogarse y pasar de todo. Se mudó a Village, dónde se dejo el pelo largo y se unió a la cultura de la droga. Al principio, todo esto le gustaba pero seguía necesitando un ideal, un estilo de vida que realmente le motivara, por lo que en 1969 dejó de tomar ácido (LSD) y se unió a los swamis, llegando a ser un gran devoto.
Greg se entregó en cuerpo y alma a la religión, y estuvo viviendo allí feliz por un tiempo. En su primer año todo fue bueno, era alguien bueno, piadoso y que no generaba molestias, pero todo empezó a complicarse al año siguiente cuando empezó a quejarse de que su visión era borrosa, esto no fue tomado en serio por él swami y los demás, ya que le dieron un significado más espiritual a su problema, afirmando que era un iluminado al que cuya luz interna estaba creciendo dentro de él, al escuchar esto, Greg dejó de preocuparse por su vista y empezó a comportarse como una persona más despreocupada.
Perdió el contacto con sus padres, preocupados, estos acudieron en su búsqueda, y quedaron asombrados con lo que vieron. Aquella persona no era Greg o al menos eso pensaban, estaban delante de un hombre obeso y calvo con actitud infantil, similar a buda, no era el chico delgado y con melena al que su familia recordaba.
Los daños originados fueron la pérdida de la visión y la amnesia producida en Greg. Se convirtió en una persona que no iniciaba ningún tipo de conversación y que solo reaccionaba al oír hablar sobre la música, sin duda era su gran pasión, hablaba de grandes grupos y su favorito eran los Dead, grupo del que siempre hablaba con ilusión, el problema era que no conocía ningún acontecimiento posterior o anterior a los años 60, vivía atrapado en esta época y todo lo ajeno le resultaba raro de escuchar, siendo realmente el último hippie.
Podía hacer amigos y recordar a personas si las veía frecuentemente, pues él no sentía la pérdida de seres queridos como el resto, dado que a los tres minutos de contarle algo se le olvidaba completamente y era como si nunca hubiera sucedido, aún así, podía aprender nuevas canciones y tocarlas con facilidad, solo necesitaba tener en mente el ritmo de estas. Al ver la capacidad de aprendizaje de Greg, fue introducido en un curso de braille contra su voluntad para poder leer debido a su ceguera, la prueba resultó fallida, porque, aunque Greg estuviera ciego, al no recordarlo afirmaba poder ver igual que los demás, incluso una vez se rompió una pierna debido a un ataque que le dio, y ni los mismísimos médicos se percataron de esto, ya que el dolor había desaparecido de su mente gracias a una postura cómoda que le hacía no recordar la fractura de su pierna. Debido a al fracaso del la prueba para aprender braille, a Greg se le dejó de lado y ya apenas parecía vivo, era como si fuera un mueble más en aquel hospital, debido a esto sus lóbulos frontales fueron empeorando, y adaptó el comportamiento de alguien humorista, que siempre respondía con frases chistosas, aún así, era querido por todo el hospital.
Un día el padre de Greg. que tanto se preocupaba por él, falleció, y el doctor angustiado por la reacción que tendría su paciente fue a transmitirle la noticia. Greg quedó en un estado de shock, no podía creérselo, preguntó si su padre había muerto tan joven a los cincuenta años, el doctor le respondió que no, ya que había superado los sesenta, esto último fue como un duro golpe en el corazón de Greg, al que dejaron solo para llorar su pérdida, al cabo de un rato volvieron a visitarle y este ya no recordaba nada, estaba tan tranquilo como siempre.
Los doctores empatizaron tanto con él, que decidieron sacarlo del hospital y llevarlo a un concierto de su grupo favorito, Greg estaba tan feliz que no podía parar de sonreír, al pasear por las calles de Nueva York, el olor de los pretzel invadieron su olfato, lo que le generó aún más felicidad. Al llegar al concierto, empezaron a sonar canciones antiguas de los Dead, las cuales Greg no paraba de cantar y de animar, hasta conoció a un integrante de la banda y se hizo una foto con él, a medida que avanzaba el espectáculo, iban sonando canciones más recientes que generaban un desconcierto en el paciente, pero este seguía cantándolas, aunque se inventaba las letras.
Al terminar el concierto, volvieron al hospital con las canciones en la radio para hacer que Greg siguiera recordando todo aquello el máximo tiempo posible.
Al día siguiente el doctor fue a visitarle, y le preguntó si había escuchado a su grupo favorito en el Garden, a lo que Greg respondió con un rotundo no.
Análisis
En el capítulo se nombran distintas enfermedades, como la esquizofrenia, pero la que más se tiene en cuenta es la amnesia retrógrada y la anterógrada.
La amnesia es reversible, más se puede volver a un estado de plena salud, aunque no existan medicamentos que la combatan.
Esta puede ser de dos tipos:
Retrógrada: Dificultad para recordar eventos pasados.
Anterógrada: Dificultad para aprender información nueva.
La amnesia puede tener distintas fuentes de origen, algunas de ellas pueden ser el analfabetismo, el aislamiento social, los accidentes y/o el desconocimiento del nivel de salud entre otras.
